Entre cinco y siete meses después de la plantación definitiva, se aplica el método de los “Humos”. La práctica de cultivo tradicional consiste en colocar latas a lo largo del invernadero con diferentes materiales vegetales como virutas de madera, hojas de banano, paja de judías, hierbas secas y ramas de criptomeria japonesa [Cryptomeria japonica (L.F) D. Don].
El objetivo es proceder a la quema de estos materiales para producir elevadas cantidades de humo en el interior del invernadero. Debido al etileno (hormona responsable de la floración) que contiene el humo, este proceso de fumigación a través del humo, descubierto por casualidad en el año 1872, tiene el objetivo de acelerar la fase de floración de la planta, garantizando una recolección homogénea y planificada.